El abuso sexual es un tema que saca ronchas a todos los
padres, ya que nunca queremos ver a nuestros hijos enfrentados a una
situación tan terrible como esa. Sin embargo, es importante tener
antecedentes de las conductas que pudieran presentar los niños en el
caso de sufrir este tipo de violencia.
Se define como abuso sexual infantil toda conducta de esta índole que
violenta a un menor por parte de una persona con la que mantiene una
relación desigual, ya sea por edad, madurez o poder.
Según estadísticas internacionales, uno de cada seis niños y una de
cuatro niñas son víctimas de esta situación. En Chile, en tanto,
estudios del Servicio Nacional de Menores, Sename, señalan que un 74% de
los delitos sexuales que ocurren en el país se cometen contra menores,
del cual un 83,7% de son niñas.
La mayoría de los abusadores se concentra dentro del círculo más
cercano del pequeño. Así lo indican datos del Servicio Médico Legal, que
muestran que en el 79.9% de los casos el agresor sexual es un conocido
y, de esta cifra, un 44.1% son familiares.
Con estos antecedentes es esencial poner atención a ciertas actitudes que tu hijo pueda presentar, tales como:
- Cambios bruscos de actitud
- Llanto fácil por pequeñas cosas, ansiedad
- Autoagresión
- Conocimiento de temas sexuales o actitudes impropias para la edad
- Miedo al contacto físico
- Agresividad, descontrol, culpa o vergüenza
- Se orina en la cama o durante el día
- Bajo rendimiento escolar
Además de estos cambios, el niño puede tener síntomas físicos tales
como dolor, irritación o picazón en sus genitales, dificultad para
caminar o sentarse y hematomas o rasguños.
Es importante que siempre recalques a tu hijo que su cuerpo es un
“templo” y que nadie puede incomodarlo ni tocarlo en sus partes íntimas.
También es necesario generar la confianza suficiente para que se sienta
capaz de contarte en el caso de que se vea enfrentado a una situación
de este tipo.
Hazle saber, además, que no crea en amenazas que pudieran hacerle si
es llega a contar lo que está pasando. Y ten en cuenta que la
información sexual temprana puede ayudar a que ellos mismo se protejan.
En el caso de que los padres se vean enfrentados a esta situación es
primordial que conserven la calma frente al niño y conversen con él en
privado, que le demuestren confianza y que creen en lo que está
diciendo. Asimismo, deben hacerle saber su valentía por confiar en ellos
y dejarles claro que lo siguen queriendo de igual forma. Y, por
supuesto, no hay que olvidar denunciar.
- Llanto fácil por pequeñas cosas, ansiedad
- Autoagresión
- Conocimiento de temas sexuales o actitudes impropias para la edad
- Miedo al contacto físico
- Agresividad, descontrol, culpa o vergüenza
- Se orina en la cama o durante el día
- Bajo rendimiento escolar
Mariela Lazo
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