sábado, 2 de mayo de 2015

A veces sentimos miedo y cuando lo enfrentamos nos damos cuenta que gastamos tanto tiempo y energía temiendo a alguien que el tiempo y la vida se encargaron de hacer su obra, sufrió el efecto de sus propias acciones.

Cuando tuve que viajar a Antofagasta a la mediación con mi ex marido. Esa mañana estaba muy nerviosa y quizá también tenía un poco de pánico porque recordaba a ese hombre malvado que hizo de mi vida y de la de mis hijos una verdadera pesadilla, entonces lo único que atinaba era repetir en mi mente "todo lo puedo en Cristo que me fortalece" y luego empecé a repetir una y otra vez la oración de la serenidad. Hasta que llegamos al lugar de la audiencia de mediación y lo ví sentado en una silla como si todos los años se le hubiesen venido encima, sentí pena por él porque ha usado siempre su dinero para destruirme a mi y a los niños, e inventa, miente y calumnia con tal de no pagar la pensión de alimentos de los hijos pagando abogados caros con la misma falta de valores que él. Y todo por la ambición al dinero, mientras menos le de a los niños más le queda para gastar él. Pero a pesar de todo eso sentí pena por él porque me di cuenta que aunque siempre trata de dañarnos la misma vida se ha encargado de devolverle un poco de lo que él ha dado.  Y allí se pasó ese miedo atroz que tenía y me ambargó una profunda serenidad, que me acerqué al lado de él y lo saludé como la dama que soy porque comprendí que Dios ha estado con nosotros siempre.
"Una vez que decidimos enfrentar el miedo este deja de ser, y nos liberamos de ese temor"
Que tengan una bendecida tarde.
Jenny

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