Todos en algún momento pasamos por tristezas, penas y decepciones, pero lo que hace la diferencia en todo esto es la manera en cómo lo enfrentamos.
De niña para mi las cosas no fueron nada fáciles, me ty ocó vivir situaciones bien complicadas, abuso y muchas cosas más y crecí pensando que yo no valía nada. Este concepto que tenía de mi misma me llevó también a cometer algunos errores y me casé con la persona equivocada quien me maltrató física y psicológicamente dejando mi autoestima más baja de lo que ya la tenía pero cuando nacieron mis hijos vi por primera vez entrar un rayito de sol en mi vida y cuando me separé por primera vez fui feliz plenamente porque estaba sola con mis hijos sin nadie que nos golpeara, sólo nosotros, mis 5 pequeñitos y yo. Estaba en esto cuando mi querida amiga Lalita en Santiago me presentó a Jesús y al hacerlo fue un renacer para mi.
2 Corintios 5:17 Reina-Valera 1960
17" De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
Aquí Dios me dio un nuevo comienzo y poco a poco comencé a dar pasitos de fe porque Dios trajo la luz a mi vida y me enseñó que sólo se puede ser feliz a través del perdón porque esa era la única manera de reconciliarme con ese pasado que me hizo sufrir y poder mirar el mañana con esperanza. Así decidí sacar esa pesada mochila de mi espalda que se llama resentimiento y puse en su lugar amor y fe porque aprendí que el Señor en su palabra nos dejó muchas promesas para que nosotros nos tomemos de ellas en los momentos de prueba, promesas que se cumplen a través de los tiempos.
Aquí les dejo un versículo que me gusta mucho porque me ha ayudado bastante.
"Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará." Deuteronomio 31:6
Buenas noches que tengan dulces sueños.!!
Jenny
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