Me gustaría hablarles del perdón y del gran poder sanador que tiene. El perdón es necesario tanto para el que lo da como para quien lo recibe. Cuando perdonamos a alguien una ofensa o un daño recibido hay un profundo dolor que nos ha llenado de amargura pero podemos liberarnos de esa pesada carga perdonando y orando por el bien para esa persona que nos lastimó. Nuestro corazón se va llenar de paz y de a poco va entrar el sol a nuestra vida. Y la persona que nos dañó también se libera y quizá nuestra oración sirva para que se arrepienta del daño causado pero esa ya no es nuestra preocupación. Todo eso déjaselo a Dios que es bueno y justo. Nosotros debemos perdonar y al sacar todo la amargura va poder ocupar ese lugar el AMOR. Piénsalo.!!
Dios te bendiga.
Jenny
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