Es nuestra opción.

A todos nos ha tocado vivir momentos malos, buenos, regulares pero es nuestra decisión lo que hacemos con aquellas experiencias que nos marcan. Podemos hacer que nos destruyan o tomarlas como una enseñanza  de lo que NO queremos ser, de lo que NO queremos en nuestras vidas. En mi caso yo elegí seguir adelante y NO permitir que las personas que me dañaron me convirtieran en alguien igual a ellos.
No te pongas triste al recordar un pasado doloroso, entrégale a Dios esa pesada carga y tu sigue adelante permitiendo que Dios haga en ti la obra sanando y restaurando tu vida. Verás como ocurren maravillas en tu vida cuando sueltas y dejas ir para siempre ese pasado gris.
Te mando un gran abrazo.
Muchas bendiciones se derramen sobre ti.
Jenny